Noticias frescas: la operación mudanza ha finalizado con éxito. Ya estamos definitivamente instalados en Winterthur 🙂 Ha sido duro, pero por fin hemos terminado… ¡y eso había que celebrarlo!  

Por eso, y porque nosotros lo valemos, el pasado sábado mi maridín y yo decidimos salir a cenar y darnos un pequeño homenaje. Echamos manos de la Lonely planet que me regalaron mis amigas por mi cumpleaños (gracias chicas!) y encontramos una breve reseña de la Gasthaus Rössli (en la Steiggasse 1, casi enfrente del Technikum en Winterthur), un pequeño restaurante donde, tal y como dice la guía, “preparan el mejor ‘wiener schnitzel’ que puedes encontrar en Winterthur».

Perdonad, quizá alguno de vosotros se esté preguntando qué (demonios) es un ‘wiener schnitzel’. Pues bien, un ‘wiener schnitzel’ es un escalope de toda la vida (un filete de ternera muy finito, empanado y frito en aceite de oliva) servido con limón y patatas fritas. Simple pero para chuparse los dedos.

Llegamos a la Gasthaus Rössli y lo primero que pensé al cruzar la puerta fue “qué sitio tan encantador”. Pequeño, sí, pero muy cálido y familiar. No teníamos reserva, pero tuvimos suerte y conseguimos mesa (pero hacer reserva es una buena idea)

Pedimos un par de cervezas y empezamos a bucear en el menú. Esa noche estábamos de suerte y, además de conseguir mesa, disfrutamos de un 20% de descuento en cada plato debido a la celebración del 20 Aniversario del cocinero, que más tarde salió a saludar.

Finalmente, pedimos un ‘wiener schnitzel’(cómo no) y un ‘hackbraten’ o pastel de carne, por lo visto también famoso en la ciudad. Ambos platos resultaron deliciosos, pero si tuviera que elegir uno propablemente me quedaría con el ‘wiener schnitzwel’, el mejor que hemos probado jamás, con diferencia.

Para terminar, decidimos probar un postre típico de la zona: ciruelas horneadas con helado de canela. Un auténtico placer para el paladar.

Como podéis ver en las fotos, los precios son bastante asequibles. Al final pagamos unos 130 CHF  (100 EUR) aproximadamente. Puede parecer un poco caro pero, creedme, es un precio más que razonable para una cena normal en Suiza.

Tip: lo único que os puedo recomendar en esta ocasión es… ¡que vayáis y lo disfrutéis! De verdad, merece la pena 🙂