Living la vida en Suiza

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El Día de la Madre en Suiza

¡Feliz Día de la Madre! Ya, ya sé lo que estáis pensando. Si vivís en España, que el Día de la Madre fue el primer domingo de mayo. Si vivís en Suiza, que el Día de la Madre fue ayer y no sabes a santo de qué te estoy felicitando. Pues muy fácil, porque hoy, como ayer, os deseo y me deseo un Feliz Día, que nos lo hemos ganado.

Porque hay días que, por mucho que digan, no son todos los días. Por ejemplo, San Valentín. Eso de que el Día del Amor es todos los días… bueno, unos más que otros. Pero el Día de Madre (ojo, como el Día de Padre)… ese sí que es todos los días, sin pausa ni excepción. Por tanto, ¡Feliz Día de la Madre a todas las mamás, hoy y siempre!

Mis Días de la Madre 

Lo bueno de ser de un lugar y vivir en otro es que puedes echarle morro y celebrar lo mismo dos veces, si las celebraciones tienen lugar en días diferentes. Así, yo ayer disfruté de un fantástico segundo Día de la Madre en lo que va de mes, que celebré desde primera hora durmiendo como una ceporra por cortesía de marido, que de paso se ahorró el tener que buscar un regalo (¿quién quiere un regalo cuando puede DORMIR a pierna suelta?)

Además, como es tradición en Suiza, España y el mundo mundial, mi gordi me regaló una preciosa manualidad -la primera de nuestras vidas-, momento que siempre recordaré con emoción y con TERROR ante la perspectiva de que mi retoño, en su santa inocencia, fuera a regalarme un PAÑO DE COCINA o aberración similar. Algo que puede suceder perfectamente en Suiza, país en el que destinar a la mujer las tareas del hogar y cuidados es de lo más normal -y está socialmente aceptado-, y que de hecho ya ha sucedido, sin ir más lejos a una amiga mía hace dos años. Horror.

Para mi fortuna, mi pochochín me sorprendió con un salvamanteles de tela sosaina súper cuqui con sus dos manitas estampadas en color naranja y una frase en alemán que decía que soy «la mejor mamá del mundo». Ayyyy, que me lo como 🙂

Vale, igual no os parece una obra digna del Museo del Prado pero es mi primera manualidad del Día de la Madre y a mi me parece lo más… aunque no voy a negar que el tema «manualidades» se las trae. Sin ir más lejos, los regalitos por el Día de la Madre nos regalaron, nunca mejor dicho, a una servidora y unas amigas unas buenas risas al compartir los distintos obsequios, e incluso intentar adivinar qué es o para qué sirve determinado artilugio en algunos casos (véase el porta-retratos que bien podría ser una antena de radio -de hecho, Patricia, ¿lo has probado?- o el dispensador de bolsas, regalo de lo más práctico).

Pero y el esfuerzo y la creatividad y la ilusión que hay en cada regalito, ¿qué? ¡No me digáis que no son una monada! [APLAUSOS]

Pero, ¿de dónde viene esto de celebrar el Día de la Madre? 

Como friki de la Historia que soy, no puedo dejar pasar la oportunidad de contaros el origen del Día de la Madre, una fiesta que por una vez no se ha inventado El Corte Inglés (aunque sea el mayor beneficiado… o al menos hasta este año, que se han lucido con una publi asquerosamente machista al más puro estilo del anuncio aquel de la Coca-Cola que retrataba un perfil de madre-esclava que encima querían hacer pasar por ideal de la muerte. Bueno, para morirse sí que era…)

Machunadas a parte, la celebración del Día de la Madre tiene un origen lejano en el tiempo que se remonta hasta la antigua Grecia, donde ya se rendían homenajes a Rea, madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Los romanos tomaron prestada la celebración y siglos después la heredaron los cristianos, que dedicaron el Día de la Madre a honrar a la Virgen María.

Pero fue en la Inglaterra del siglo XVII cuando por primera vez se celebró lo que llamaron el «Domingo de las Madres», un evento de carácter religioso en el que los niños empezaron a hacer regalos a sus progenitoras y en el que, además, las personas que trabajaban lejos de sus familias tenían el día libre para ir a visitar a sus madres.

Desde Inglaterra, la celebración del Día de la Madre saltó a Estados Unidos de manos de la poeta y activista Julia Ward Howe quien, en 1865, organizó una manifestación pacífica en Boston para madres de familia víctimas de la Guerra de Secesión. El objetivo no era otro que establecer un día especial para «reconciliar» a los dos bandos en conflicto. En esa misma época, Ann Jarvis, activista de Virginia, ante el éxito de la idea de Howe organizó reuniones de madres destinadas a intercambiar opiniones sobre temas de actualidad.

Así, el Día de la Madre se siguió celebrando los años siguientes como una forma, curiosamente, de reivindicar los derechos de la mujer y dar voz a las madres en asuntos tradicionalmente privados, hasta que el 12 de mayo de 1905, fecha de la muerte de Ann Jarvis, su hija decide conmemorar su partida organizando un Dia de la Madre cada segundo domingo de mayo. Finalmente, en 1914, el presidente Woodrow Wilson reconoció oficialmente e incluyó el Día de la Madre en el calendario.

En Europa, el Día de la Madre aterrizó de manos del Ejército de Salvación y fue precisamente Suiza el primer país en adoptar la celebración por iniciativa de los floristas, que vieron una gran oportunidad para impulsar su negocio.

Pocos años después, los nazis y su proclamación de la Cruz de la Madre -una excusa para alentar a las mujeres a reproducirse y dotar de soldados rubios, rubísimos a la gran Alemania-, hicieron que el Día quedara en absoluto desprestigio, por lo que no se celebró en Europa, Estados Unidos y Japón por un tiempo, volviendo a nuestros calendarios por razones casi exclusivamente comerciales (vaya, al final El Corte Inglés va a tener algo que ver…).

En España, aunque tradicionalmente el Día de la Madre se había celebrado el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción (gracias Rocío), se volvió a celebrar en 1965 el primer domingo de mayo -por razones religiosas (mayo es el mes de María), pero sobre todo políticas, en un intento del Régimen Franquista por acercarse a Estados Unidos-, aunque nunca se ha declarado oficialmente y la «no fiesta» tiene un carácter eminentemente comercial y popular.

 

Como sea, el Día de la Madre es una oportunidad para rendir homenaje a nuestras madres y, por qué no, disfrutar de un día «especial» y a ser posible plagado de atenciones, regalitos, abrazos apretados, besos y mimos varios (que no falten).

Y vosotr@s, ¿cómo habéis celebrado el Día de la Madre? ¿Qué os han regalado y/o qué habéis regalado? ¿Os parece una celebración puramente comercial o pensáis que cualquier excusa es buena para homenajear a las mamás? ¿Alguna diferencia celebrando en España vs en Suiza? Como siempre, os invito a compartir vuestras experiencias y comentarios 🙂

Un abrazo y MUY FELIZ DÍA A TODAS LAS MAMÁS, AYER, HOY Y SIEMPRE!

2 comentarios en “El Día de la Madre en Suiza

    • JAJAJAJAJA! Qué lapsus! Tienes toda la razón, es el 8 de diciembre. Y de hecho, el 8 de diciembre celebrábamos antiguamente el Día de la Madre en España y en os 60 lo cambiaron. No sé qué ha pasado, que me he comido parte del texto o he borrado/editado ahí, a lo loco…

      En fin, GRACIAS, todo aclarado 🙂

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