¿Que majetes, no? La semana pasada me topé con un artículo* que captó mi atención de inmediato: «Las 4 cosas que más molestan en el extranjero del carácter español». Primero pensé «¿sólo cuatro?» y acto seguido me lancé a descubrir esas características de nuestra típica -y tópica- forma de ser española que, por lo visto, ponen de los nervios a los
guiris amables habitantes de los países que nos han acogido.
Siempre se me olvida que ahora la guiri soy yo, que cosas 🙂
Yendo al grano, en parte estoy de acuerdo y acepto la crítica, en parte no tanto… Lo que tenía claro al terminar de leer el artículo es que tenía que DEFENDER NUESTRO HONOR Y LIMPIAR NUESTRO BUEN NOMBRE analizar qué hay de verdad y qué no en todo esto. A ver qué os parece a vosotros, compatriotas damnificados…
Soberbios. «No me llames soberbio por no llamarme perfecto».
La primera en la frente. Empiezo a leer y me topo con una afirmación de esas que van directas al costado, cual lanza de Santo Tomás: «El español es soberbio». Vamos, que nos lo tenemos creído. Al parecer nos pasamos la vida hablando de lo maravilloso que es España, asegurando que nuestra gastronomía es la mejor del mundo mundial (¿acaso alguien lo duda?) y de cuantísimo echamos de menos hasta la tapa de queso rancio que nos ponen en el bar de la esquina. Al menos en mi país ponen tapa.
Pues sí, reconozcámoslo, hace tiempo que la «españolitis» se nos ha ido de las manos. Que todos sabemos que «como en España en ningún sitio» y que nuestra cocina gana por goleada a cualquier otra (sobre todo a la francesa y la italiana, dóndevaaparar) pero no está bien rebozárselo por la cara continuamente a los guiris amables habitantes de los países que nos han acogido. Y dale, otra vez…
España es mucha España (y no solo cuando gana la Selección) y nuestra gastronomía una de las mejores del mundo, pero de ahí a no ser capaces de valorar nada que no venga de la piel de toro… hay un trecho. Además de poco considerado, es bastante paleto. Todos los países tienen cosas buenas y algunos incluso una gastronomía medio decente 😛 No vayamos de chulos por la vida y aprendamos a reconocer y valorar lo mejor que encontremos en cada país… e incluso a admitirlo frente a terceros (aunque en el fondo sepamos que España mola más y punto).
Lo que más me llama la atención de todo esto es que, cuando nos reunimos con otros españoles, criticar España y todo lo que huela a Península Ibérica y sus archipiélagos es una especie de tradición. Curioso, ¿no? Así semos…
Maleducados. «¿Gritar yo? ¿MANDE?»
Por lo visto los españoles, además de pedantes, gustamos de hablar a voces. ¿Sorprendidos? Pues sí, queridos amigos, hablamos a grito pelao, especialmente cuando coincidimos en el espacio-tiempo con otro español. Y como sea de nuestro pueblo… que Dios nos coja confesados. Puede que no nos demos cuenta (mentira cochina) pero nuestro apasionado carácter español se manifiesta en decibelios por las nubes a la menor oportunidad. ¿Cambiar esto? Sinceramente, creo que es un poco bastante difícil IMPOSIBLE pero debemos intentar controlarlo.
Yo ahora hasta les entiendo un poco. Cuando voy a España me molesta el bullicio de los bares. Dos cañas después deja de molestarme pero de primeras, lo reconozco, me aturde tanto grito/risotada/palmada en la barra. Es un hecho, me estoy asuizando…
Sigamos. Según nuestros vecinos europeos, también tenemos un serio problema con ser amables, decir «por favor» y «gracias». Y somos muy directos. Mi particular teoría es que a muchos nos han conocido de resaca, cuando solo puedes bajar al bar y decir: «UN CAFÉ» haciendo un esfuerzo sobrehumano. Pues bien amigos, aún en estado comatoso debemos ser capaces de desplegar una mínima amabilidad, del tipo «¿por favor, sería usted tan amable…?».
Dependientes. «… teléfono… mi casa…»
Que si, que somos más pesados que E.T. El día que nos da el ataque de morriña no hay quien nos aguante. Vivimos colgados del teléfono con la familia, los amigos y sobre todo con mamá, que para eso es la que más sufre del Universo por tenernos lejos.
Por las mismas, nada nos gusta más a los españoles en el extranjero que reunirnos el domingo para comer paella. Estar juntos, hacer piña. Al menos eso dice el artículo. Yo no entro en esta estadística porque por ahora mi experiencia es otra y la única paella que me he comido en Suiza ha sido la que me preparó mi madre cuando vino a verme (como para no llamarla, oiga). En realidad no creo que seamos más ni menos apegados a los nuestros que portugueses o italianos, pero para un sueco, un francés o un alemán somos auténticos marcianos. Marcianos dependientes, como E.T.
La puntilla: nos pasamos de espontáneos y «cercanos»
Toma ya. Para algo bueno que creíamos tener y resulta que no solo no les gusta, es que no lo soportan. Que nos pasamos tres pueblos apareciendo por sorpresa cuando no se nos espera, llamando a horas intempestivas, improvisando planes de un día para otro (locos!) y hasta saliendo a cenar sin saber donde vamos a cenar… y sin reserva! Somos unos salvajes. O peor, según San Google. Joé con Google.
Pero sin duda lo peor de todo es nuestra facilidad para contarle nuestra vida al primero que pasa. Que si la crisis, que si dejé mi país, que si mi primo también tiene moto, que si mi padre es panadero, que si pues anda que mi abuelo que luchó en el bando republicano… Tenemos mil historietas propias, familiares y del vecino que nos encanta compartir y no tenemos reparos en hacerlo aunque no conozcamos a nuestro interlocutor de nada. Ni falta que hace.
Debe ser por eso que en España no tenemos lo que los ingleses llaman «small talk», es decir, conversaciones intrascendentes en las que se dice absolutamente nada. OK, en España tenemos lo de «hablar del tiempo», pero nos dura 2 minutos y después nos sentimos incómodos y preguntamos cosas del estilo «¿y tu madre que tal? la operaron el año pasado, ¿no?».
Pero, ¿y la de amigos que hacemos qué? Otra cosa que nos achacan los vecinos europeos es que los spaniards hacemos amigos con demasiada facilidad, vamos, que tenemos mil amigos pero todos superficiales, de palo. No como ellos, que tienen muy pocos pero muy buenos (típico comentario de quien tiene pocos amigos).
Como sea, tengamos muchos o pocos amigos de verdad de la buena, lo cierto es que un amigo español es un AMIGO con mayúsculas. Que seremos demasiado «naturales», espontáneos, orgullosos y a veces rancios… pero también somos abiertos, sinceros, simpáticos, leales, auténticos, nos reimos a carcajada limpia, nos preocupamos por el otro, somos generosos y cariñosos con quienes rodean. Al menos por lo general. Y si no es que no eres un auténtico español 😛
Acabando este post, me asaltan unas ganas terribles de escribir la segunda parte: «cómo vemos los españoles a los suizos». Pero lo dejo para otro día.
Mientras tanto me pregunto cómo lo veis vosotros. ¿Cómo creéis o presentís que nos perciben suizos, franceses, alemanes y compañía? ¿Creéis que les ponemos de los nervios o puede más lo bueno que lo no tan bueno? Venga, desahogaos que es muy sano…
* Fuente de inspiración: «Las 4 cosas que más molestan en el extranjero del carácter español«, publicado en El Confidencial el pasado mes de diciembre (y yo sin saberlo).
Primero decir que mi experiencia con la gente de aquí puede ser valorada como muy positiva, no obstante no he conocido el bulling escolar hasta llegar a Suiza, no me han pinchado y robado la bici ni el cargador del móvil hasta llegar a Suiza…
Silenciosos sí que son pero humildes y bien educados son los menos, o por lo menos me he encontrado pocos. Éso sí de sus «trastadas» nadie se entera porque todo lo negativo lo hacen «a la chita callando».
Cría fama…
Hola María,
En parte estoy muy de acuerdo contigo. Una de las cosas que menos me gustan de los suizos es su escasa capacidad para comunicarse de forma abierta y directo, y no hablemos ya de ser sincero a la hora de decir si algo gusta o no gusta, se acepta o no se acepta. Tienen un miedo atroz al enfrentamiento y eso solo lo puedo achacar a que tienen un puntito-cobarde importante.
Mi peor experiencia hasta el momento fue casi nada más llegar, cuando una loca que no frenó en la autovía destrozó mi coche y en ningún momento se interesó por la salud del conductor. Ni en el momento del accidente, ni después. Me parece un comportamiento deleznable.
En cualquier caso, partamos siempre de la base de que no se puede generalizar! Aunque al final todo, todo el mundo lo hace 🙂
Un saludo y gracias por tu comentario!
Sara
Casi me meo leyendo el artículo. Muy muy bueno! Felicidades!
Gracias Ainhoa! 🙂
Genial😁😁….lo has planchao,para cuando el de los suizos😏😏
Gracias Adriano! El de los suizos caerá pronto, aunque tengo que esperar a tener un muy, muy buen día! jajaja
Un saludo
Felicidades… Muy bueno…
Gracias Javier! 🙂
jajaja, me ha encantado el post, y estoy de acuerdo en casi todo. Es que chillamos mucho!!! Y eso a mi también me molesta, puede que yo también me esté «asuizando», jeje. De cómo vemos a los suizos tengo yo un borrador preparado, bueno más concretamente, de su falta de espontaneidad, que es que es la leche! 😉 Un besote guapa!
En pegar voces hay alegría y quien diga que no… miente! jajaja! Creo que lo que en realidad les molesta es nuestra facilidad para desinhibirnos, apasionarnos con cualquier cosa (aunque a veces sea una discusión) y disfrutar de la vida. Envidia cochina, que se llama 😛 Otra beso para ti! Y vuelve a blog, que se echan de menos tus post 😉
Eso de que en Google aparece «Los españoles son unos… vagos» como primera opción nos ha hecho mucho daño xD. En mi actual trabajo casi no me contratan porque según ellos «… ya sabes la fama que tienen los españoles Blanca, vagos, irresponsables, llegan siempre tarde…». Vamos que, cría fama y échate a dormir.
Un saludo!
Gracias por tu comentario, Blanca! Creo que en el resto de Europa confunden nuestra forma de ser desenfadada y aparentemente relajada (aunque luego seamos puro nervio) con un relax propio de gente desocupada o VAGA, jajaja! Pero afortunadamente ese tópico ha sido desmentido… o eso quiero creer. Por lo menos en Suiza siempre he escuchado que se valora mucho al currito español por su dedicación y su capacidad para esforzarse.
Un saludo!
Genial el post. Y cuidado con volverse suizo/a que todos los que vivimos aqui corremos ese riesgo…
Gracias Alia! Lo de volverse suizo/a más que un riesgo sería un milagro (imposible, vamos) 🙂
Que risa jajaja muy bueno, me encanta lo de los -guiris- amables habitantes de los países que nos han acogido. Muchas veces me olvido que estoy en Suiza y los veo como guiris, luego me doy cuenta que soy yo la que habla raro xD
Felicidades por el blog!
Gracias Cristina! Un saludo!
Bueeeeeeno bueeeeeeeeeno….
¿Al final dónde se van de vacaciones estos amables habitantes de países de acogida? ja ja Mucha soberbia tendremos, pero es que ché, es que España tira tanto a nosotros como a ellos
Si ya lo cantaba Manolo, «y España es la mejor…». Aunque puesto a elegir me quedo con la de los Nikis 😛
Gracias Marta!
Un saludo
Yo haría división de percepciones. No es lo mismo cómo nos ven nuestros amigos suizos (en mi caso son mucho más espontáneos que yo); que cómo nos ven los «potenciales empleadores» o actuales jefes (saben que no somos vagos, que no tenemos las cabezas cuadradas y sabemos resolver los inconvenientes sin aturullarnos); cómo nos ven los vecinos (lo de ruidosos viene por eso, porque los españoles somos los que peor llevamos lo de seguir las estrictas normas anti-ruido o pro-descanso); a cómo nos ven los compañeros de trabajo (como los pesados que queremos hacer una amistad con ellos y vernos en la pausa de la comida o después del trabajo -cómo se nos ocurre algo así?).
Y sí, ellos (los suizos) no tienen la concepción de la familia (relación con primos segundos, abuelos, nietos, tíos, tíos postizos) que tenemos nosotros (los egipcios, los bosnios, los griegos, los españoles, etc..) pero es que este tema da para otro post.
Me encantan tus posts cuando generan tanto debate!!! Un saludo
Estos temas siempre generan mucho debate, si algo nos caracteriza a los españoles es que somos muy «sentidos» y cuando nos tocan España saltamos como una rana (mientras no lo haga otro español, que entonces entramos al trapo y «a criticar se ha dicho»). Estoy contigo en que la percepción que se tiene sobre alguien cambia en función de quien mira y también de a quien se mira. Yo tampoco espero lo mismo de mi jefe que de mi vecino. Pero sobre todo manda el consabido «no se puede generalizar». Porque es verdad que no se puede, ni se debe.
Pero qué divertido es analizar estereotipos y desmontarlos… o reafirmalos 🙂
Un abrazo!
Hola!
Felicidades por el post, muy gracioso XD Yo no estoy viviendo en Suiza, sino en Inglaterra, y he de decir que los malos tópicos sobre españoles son mayormente eso, tópicos ampliados por cierta ‘mala fama’. Hace unos minutos he entrado en un post que estaba lleno de latinoamericanos y españoles diciendo lo maleducados que somos, que no pedimos las cosas por favor, que maldecimos mucho cuando hablamos, que damos asco…
Sobre lo del uso del ‘por favor’ sí es verdad que lo tenemos un poco oxidado, o que la manera de pedir las cosas es un poco más directa en España que en otros países, pero del resto de cosas, comparando Inglaterra con España, yo creo que son básicamente mentira. Los ingleses cuando han bebido un poco son increíblemente ruidosos y el uso del «f**king» está más que extendido. En cada frase debe ser dicho dos o tres veces como mínimo. Y no hablemos de alemanes e ingleses cuando van a España… como que no se nota si un guiri es guiri o no. Si se tira de un séptimo piso a la piscina es una pista importante.
No sé, creo que nuestra mala fama es bastante exagerada, y llega a caer a veces en el racismo puro. No solo de noreuropeos, sino de latinoamericanos.
Gracias! Me alegro de que el post te haya resultado divertido 🙂
Yo creo que al final somos tantos y todos tan diferentes en cada país que es fácil que se cumpla casi cualquier tópico. Gente maleducada, malhablada, vaga, grosera, trabajadora, alegre, sombría, gritona… hay en todas partes, si bien en algunos países se puede establecer una «regla» que concuerde con la cultura, forma de ser, idiosincrasia, etc. del país.
Al final yo me quedo con que, tengamos la mala fama que tengamos, a los españoles se nos tiene por gente honesta, trabajadora y (siempre) alegre en todo el mundo 🙂
Un saludo de Suiza a Inglaterra!
Sara
No deja de ser chocante que una salvaje de la jungla insulte de esa manera a ciudadanos europeos que la superan en 2.000 años de civilización.
Increíble….!!!
Yo acabo de dejar de trabajar en Suiza. Tres meses en total ha durado la experiencia… y porque me he empeñado en acabarlos, porque al mes ya me quería ir….o sea volver a España.
Menudo timo!!!!
Yo tengo raíces suizas pero gracias a Dios me fui de este país siendo joven, y ahora ya mayor había decidido volver, por lo de probar…, por si era mejor que Spain…ya se sabe el mito…
Pues no, los suizos, o al menos los que yo he conocido, son maleducados, hipócritas, cobardes, narcisistas, egoístas, «autistas» (con el debido respeto por estos últimos), lentos, antipáticos,…, en fin, yo de momento, no quiero verlos ni en pintura.
Las condiciones laborales aquí son igual de malas o buenas que en Spain, y encima se cobra menos, para como está el coste de vida.
Y los seguros médicos??? Menudos ladrones!!! Yo creo que es el único país donde el sistema sanitario hace caja. Tienen un sistema de franquicias, caro, que hace que no vayas al médico aunque te estés muriendo. Vamos nada que ver con nuestra querida Seguridad Social!!! Y luego se les llena la boca con palabras como solidaridad, servicios sociales,…un timo, ya te digo…
Y su relación con el dinero????!!! Ese es un tema digno de estudio…, para infinidad de tesis doctorales…, te cobran por todo, se pagan un montón de impuestos, más que en España!!!
Ahora viven del dinero que traen dictadores y evasores fiscales extranjeros, entre otros, pero como están cambiando las reglas del juego a nivel internacional, yo les auguro que en cien años o menos se les acaba el cuento,…y tienen que volver a lo que eran: emigrantes, mercenarios, pobres…
Porque vamos a ver, Suiza es lo que es desde hace un siglo y medio, más o menos,…, antes era pobre como las ratas…Ha hecho caja a base del cuento de ser neutral y recoger el dinero de todos los malhechores extranjeros.
En fin…. por aquí no vengáis a no ser que no os quede más remedio…y si venís que sea para volver. Es mi mejor consejo. Y os lo dice alguien que tiene familia en Suiza, casa, y que puede venir y estar aquí cuando quiera.
Hola Johanna,
Vaya, lamento mucho tu mala experiencia. Yo llevo 3 años y medio en Suiza, llegué sola con mi marido y sin conocer a nadie, y la verdad es que no nos ha ido nada mal (prueba de ella es que aquí seguimos, y de momento felices y contentos).
Es cierto que los suizos y su forma de vida son muy particulares, pero en todas partes hay gente de todas clases, buena y mala, y lo importante es evitar la mala y «arrimarse» a la buena. No siempre es posible, pero al menos hay que intentarlo.
Espero que te vaya muy, muy bien todo en España!
Un saludo,
Sara
Mi experiencia fue ambigua, muy ambigua. Estuve 6 meses viviendo en Galway, irlanda, y depende de la persona recibía buen o mal trato pero hubo casos increíbles:
Había una tienda de compraventa de segunda mano, y entre. Allí compre por valor de 25 euros dos juegos de la ps2 ( hace ya 7 años de eso) y un par de pelis para verme en inglés. Me da las carátulas y me da por abrirlas para ver si los CDs están en buen estado, y no había CDs en los juegos. Se lo digo ( lo juro que de buen tono) y el dependiente se empieza a reír y a vacilar me, diciendo que para que los quiero, que si es como un español se compra un coche, que como iba a conducirlo si no hay carreteras. Empezamos a discutir pues le comenté que me devolviera el dinero y que el vacío de su cerebro le hacía efecto ventosa y por ende sus intestinos no se le salían por el culo, y llego la garda ( los irlandcops). Ahora viene lo increíble, el tío les dijo que había robado carátulas de videojuegos, y que él me había pillado y que encima iba a agredirle. Tras enseñar el ticket de compra se cercioraron de que era mentira y que yo era víctima de un vacile racista y macabro, y por ello me cogieron entre los dos, me metieron en el coche patrulla y me tuvieron hasta 6 horas en comisaría haciéndome todo tipo de preguntas absurdas. Al otro gilipollas me lo volví a encontrar a los dos días, en un pub llamado The kings head. Nada más verme aviso a dos coleguitas suyos, y borrachos vinieron a tocarme los cojones. Lo que ignoraba ese trío de toneles rellenos de pura inmundicia es que YO tengo grado, máster y doctorado en guiris alcoholizados pues tengo casa en Benidorm. En cuanto me cayó la primera torta ( aún en fase de vacile) le solté un directo en mitad de su fea cara, cayó para atrás redondo medio desmayado y sus bravos colegas palidecieron de sorpresa. Moraleja para la gente que allí estaba? Que los españoles somos unos incivilizados. Con esto pretendo resaltar que en cuanto hagamos algo que les resulte aversivo nos la cargamos bien, pues el ser español es un agravante si delinques, por la fama que ya tenemos. Por otra parte recalcar que esto fue solo un ejemplo de la peor experiencia que he tenido por ser español, pero que fue eclipsada por todas las buenas que tuve. 1 saludo
Vaya Juan Luis, lamento tu mala experiencia!
Lo cierto es que, en cualquier parte, es usual atacar a alguien basándose en la diferencia más obvia y el ser inmigrante proporciona una alto y claro: soy de fuera ergo soy diferente. Si te das cuenta, en España ha pasado y pasa hasta cierto punto lo mismo. Si en tu experiencia cambias el bar irlandés por uno de pinchos de Lavapiés, en Madrid, y en tu lugar sitúas a un Colombiano… el comentario habría sido similar: «estos colombianos están sin civilizar, son unos salvajes…»
Es innegable que nuestra fama no ayuda, pero lo de la fama es tan relativo… Se supone que el inglés/francés/alemán medio es un tipo educado y muy tranquilo, pero cuando sale el tema clichés siempre comiendo a quien sostiene esa idea que se pase en julio por Salou o Magaluf, a ver qué tal.
Por cierto, precioso Galway 🙂
Un saludo,
Sara
Venía a decir que, a pesar de ser español, me siento extranjero en España; todas esos defectos que nos achacan en el artículo de marras yo los siento como si fuera un alemán o un sueco. Supongo que por eso mis amigos me dicen que tengo un carácter nórdico.
Por cierto, ya que estamos, quizá debido a ese carácter, tengo pocos amigos; pero estoy empezando a sospechar que no son buenos amigos. Y es raro, porque son españoles. Será que, al tener yo un carácter tan poco español, en el fondo sienten recelo. XD
A los defectos que has mencionado, yo añadiría el de la picardía, es decir, el de pensar que quien no se aprovecha de la situación es tonto. En los demás países también tienen lo suyo, por supuesto, pero el grado de «choricismo» que hay en España es vergonzoso. En vez de dar tanto la brasa con lo majos que somos, deberíamos preocuparnos por educar a nuestros hijos para que respeten las normas ―las que deban respetarse, claro, porque algunas son arbitrarias e injustas― y para que no sientan vergüenza cuando el pícaro de turno, ese personaje tan característico de nuestro país, les diga que son tontos o santurrones si no se aprovechan. Por desgracia, yo he conocido a algún que otro pícaro. A veces, la rígida cultura protestante de países como Suiza o Suecia nos vendría bien para acabar con la laxitud católica, la picardía y el pillaje en todas sus formas. Los italianos y griegos también tienen que resolver los mismos problemas.
Gracias por tu comentario y un saludo!
Sara
Hola amiga, soy extranjera y vivo varios años en Madrid, de España me gusta mucho la gastronomía, toda la comida es súper rica, la paella, el cocido, la tortilla de patata, las torrijas, los churros con chocolate, el cochinillo, el pulpo a la gallega, el entrecot, las patatas bravas, los calamares, las gambas a la plancha, y ahi paro que no acabo…jeje. Me gusta las procesiones de Semana Santa que son muy elegantes. Las playas son muy limpias y bonitas y grandes. Los museos, los parques, los paisajes, las iglesias, las tiendas, la moda española es muy chic. Lo que no me gusta es que sois muy gritones y pareceis enfados todo el tiempo, no me gusta las corridas de toros, ni los atascos….jeje…abrazos
Hola Anais,
Gracias por tu simpático comentario!
Como dice mi marido, en España la queja es el deporte nacional 🙂 Nunca había pensando en que parecemos enfadados, pero al ser tan «expresivos» podemos dar esa impresión.
A mi tampoco me gustan los toros 😉
Un saludo,
Sara
Muy bueno! Pues sí. En la mayoría de extranjeros que vienen veo como si fuéramos una carga para ellos. ¡Pues no vengan, leche! Si dijeras que estamos en su casa, aún, pero en casa ajena… De qué vas, biter kas?