Suiza, probablemente la democracia más democrática del mundo –cada año se celebran más de 500 referendos en los que la población decide sobre cuestiones de carácter local, regional e incluso nacional-, votará para aprobar o rechazar el pago de una renta básica de 2.500 francos (unos 2.000 euros) por parte del Estado a todos los adultos, independientemente de si trabajan o no.
La propuesta, que ha sido avalada por las 100.000 firmas necesarias para convocar un referéndum de carácter nacional, tiene por objetivo “proporcionar una red de seguridad financiera a la población”, aunque en la práctica es fruto de la indignación de la población ante la desigualdad salarial y los sueldos millonarios del sector ejecutivo. Sigue leyendo