El pasado 24 de septiembre Suiza decidió en referéndum rechazar la propuesta de reforma de las pensiones orientada a garantizar las prestaciones y adaptar los fondos a una sociedad cada vez más envejecida (y por lo tanto con más personas pensionadas y menos cotizantes).
La propuesta, que se hubiera aplicado en el año 2020, se basaba en aumentar el ahorro y los ingresos adicionales para estabilizar la caja de pensiones, unas medidas que no son del gusto de tod@s.
Grosso modo, los puntos principales de la propuesta eran:
- Retraso de un año de la edad de jubilación de las mujeres (de los 64 a los 65), que pagarán un año más y empezarán a cobrar un año más tarde
- Reducción del tipo mínimo de lo acumulado en los planes de pensiones profesionales obligatorios (segundo pilar), que se verían devaluados
- Aumento del IVA
- Aumento de lo que se paga al primer pilar (en mayor medida para los cotizantes de 35 a 54 años)
- Aumento de las pensiones de 70 francos mensuales (única contrapartida)
- Elección del momento de jubilarse entre los 62 y los 70 años (actualmente 63 y 70), aunque habrá que llegar a los 65 para cobrar la prestación máxima.