Si en febrero la excusa fue la protección de la economía, en noviembre el motivo no es otro que el cuidado del medio ambiente.
El próximo 30 de noviembre, la población suiza pasará de nuevo por las urnas para manifestar su opinión en relación a la iniciativa de la asociación ecologista Ecología y Población (Ecopop). Una propuesta de tintes verdes y pseudo-humanitarios que aboga por detener la superpoblación para salvaguardar los recursos naturales y reducir la huella ecológica o impacto del consumo de estos recursos por parte del hombre.
¿Cómo conseguirlo? Los promotores de la iniciativa y sus 119.000 suscriptores (gracias a los cuales la propuesta llega a las urnas) lo tienen claro: limitando la inmigración y controlando la natalidad… en un país cada vez más envejecido que necesita de mano de obra extranjera para sostener su crecimiento económico. Muy lógico.