Como os adelantaba en la primera parte de este artículo, dedicado a conocer cómo funciona el sistema de salud suizo, además del seguro médico básico (obligatorio, recordemos) existe la posibilidad de contratar la cobertura de otros servicios sanitarios que complementan o añaden nuevas prestaciones al básico.
En general y hasta cierto punto, la contratación de estas coberturas no aumentan mucho la factura del seguro a fin de mes pero pueden marcar la diferencia en caso de, por ejemplo, ser hospitalizado. De hecho, la ampliación de la asistencia médica en caso de hospitalización es, según me explicaron, el “extra” más importante a tener en cuenta.
Y es que el seguro básico cubre la estancia de una persona en el hospital y el tratamiento, por supuesto, pero hay otros servicios que quedan fuera de la cobertura y que se pueden llegar a necesitar (y que después habría que pagar). Dos buenos ejemplos son el servicio de ambulancia, que no está cubierto en su totalidad por el servicio básico y es bastante caro, o la cobertura en caso de tener un accidente o ponerse enfermo en el extranjero o simplemente en un cantón diferente al de residencia.