Una de las cosas que más echo de menos de vivir en España es mi cita semanal con la gran pantalla. Añoro ir al cine, sí, esa sensación de acomodarme en mi asiento y desconectar del mundo por un par de horas. Y todo ello por un precio más que razonable.
En Suiza la historia es bien distinta. A parte de los 18-20 CHF que cuesta la entrada -pequeña puñalada al bolsillo-, el tener que recurrir al cine en inglés con subtítulos en alemán y francés -sí, al mismo tiempo– convierte la experiencia en una pequeña odisea… con descanso a mitad de peli incluido. Porque aquí hacen descanso, no sea que alguien no se pueda aguantar el pipí o se quede sin patatitas. La bolsa, cuanto más ruidosa mejor, por favor… (modo ironía ON).
En cuanto al teatro, más de lo mismo. Por eso desde que me mudé a Suiza siempre estoy ojo avizor para detectar cualquier oportunidad para ir al cine o al teatro en español, como las que aquí os traigo de cara a los próximos meses. Pasen y vean…