Y ya van 185 días. O 26 semanas y pico. O 6 meses y medio, como siempre me juré que respondería cuando me preguntaran (seamos realistas, ¿quién calcula el tiempo en semanas?). Como lo queráis ver, a casi 3 meses de obtener el título oficial de «mamá», me encuentro bien, los días se me siguen pasando en un abrir y cerrar de ojos, estoy disfrutando bastante de cada nueva experiencia y, junto con marido, seguimos descubriendo los intríngulis típicos del proceso.
Por hacer un update a nivel médico -que quizá agradezcan futur@s mamás y papás en Suiza-, sigo acudiendo a mi ginecóloga cada 3 o 4 semanas para someterme a un análisis de sangre y orina, control de tensión y peso, turno de preguntas y respuestas, y la ecografía para hacer las mediciones correspondientes y ver cómo va nuestro peque (lo más emocionante de todo!!!).
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Además, como corresponde a estas alturas del embarazo, hace unos días me sometí a la prueba de glucosa, por la cual determinan si una sufre diabetes gestacional o no resultó ser la terrible experiencia que algunas personas me habían relatado: las extracciones de sangre son normales y corrientes, el agua con azúcar que hay que ingerir es perfectamente tolerable y lo más incómodo del test es la espera, así que podéis estar muuuuy tranquilas. Sigue leyendo