Rarezas suizas: la Ley del Felpudo

Bueno, pues ya estamos instalados en nuestro nuevo hogar! Sé que no os lo había contado pero es que ha sido todo tan, tan rápido que no me ha dado tiempo 🙂 Este pasado fin de semana nos mudamos a un apartamento en el portal de al lado, literalmente, y gracias a la cercanía el cambio ha sido rápido y relativamente indoloro.

Unas cajas por aquí, unas bolsas por allá… y ya estamos disfrutando de las ventajas del nuevo apartamento (más espacio, una habitación más, el aseo extra, lavadora y secadora en casa…) y sufriendo alguna que otra pega en forma de –oh, sorpresa– VECIN@S y normas que nos siguen dejando ojipláticos.

Y es que el mismo domingo pasado, primer día que habitamos oficialmente en el nuevo apartamento, alguien nos dejó en el buzón una hojita en alemán -porque para qué van a llamar a la puerta y comentarlo en persona, podría ser incómodo, inapropiado, arriesgado, peligroso, contagioso, loco, inmoral, innecesario, incluso MORTAL-  con instrucciones, agarraos, en relación al felpudo y su legítimo uso. Sigue leyendo

10 normas sociales que todo recién llegado a Suiza debería conocer

normas«Donde fueres, haz lo que vieres». Creo que este uno de esos refranes que cualquier persona que deja su país para vivir en otro debería interiorizar. Especialmente por el bien del recién llegado, que es el primer interesado en integrarse y sentirse cómodo rápidamente, en la medida de lo posible.

A los españoles nos han contado por activa y por pasiva que los suizos son raros. Para no herir sensibilidades utilizaré el eufemismo «diferentes». Desde mi punto de vista, los suizos son tan diferentes de los españoles como lo puedan ser los franceses, alemanes o italianos (o como pueden ser de diferentes un bilbaíno y un gaditano).

De hecho, después de seis meses viviendo en Suiza puedo prometer y prometo que todavía no he experimentado eso que llaman el «choque cultural». Como mucho, algún que otro pequeño encontronazo que achaco a la escasa educación o mala baba de personas concretas en momento determinados. Por el contrario, los suizos y suizas que he conocido y con quienes me relaciono asiduamente a nivel personal, me parecen encantadores. Amables, cercanos, ultra educados.

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